
Fernando Aixa, Bujinkan Dojo Daishihan.¿Quién soy yo?
Me licencié en Historia, pero no para ser historiador. Lo hice porque quería entender el mundo. Aprender a pensar. A cuestionar. A no tragarme cualquier cosa.
Y eso, curiosamente, me sirvió para lo que de verdad ha sido mi camino: las artes marciales tradicionales japonesas.
Empecé a entrenar en Bujinkan Dōjō en 1987. Y un año después, por circustancias de la vida (no porque supiese mucho), ya estaba enseñando.
Y desde entonces no he parado de impartir entrenamientos regulares en Barcelona, seminarios por toda Europa y más de 50 viajes a Japón para aprender directamente de la fuente: nuestro soke Masaaki Hatsumi.
En 1996 superé el Sakki Test de manos del propio sōke Masaaki Hatsumi. No fue un trofeo. Fue un punto de no retorno, fue el inicio de un largo camino lleno de grandes aprendizajes y también de muchos errores.
En 2007 diseñé el sistema D-FEM, un método de defensa personal femenina, basado en el budo, cuyo propósito era compartir la esencia de las artes marciales con aquellas mujeres que necesitaban una herramienta para su vida.
Además soy Técnico Nivel II en tiro con arco, otra forma de entrenamiento donde el cuerpo y la mente aprenden a respirar y focalizarse juntos. El tiro con arco era una espina que llevaba clavada durante mucho tiempo.
Pero mi otra gran pasión es la palabra. Soy editor. Y fundé Shinden Ediciones para juntar mis dos mundos: La precisión del Budo y el cuidado por los detalles que exige una buena edición.
Y esto es paradójico ya que soy sinéstésico (los que no lo sepáis buscadlo que os sorprenderá un rato) y hasta los 14 o 15 años fui prácticamente incapaz de leer un libro. Y ya veis… editor. Por eso cuando os hablen de limitaciones… ¡reiros de esa gente!
He traducido y publicado al español las obras más reconocidas del sōke Hatsumi. Porque si algo merece ser conservado, enseñado y compartido… es el legado que hemos recibido de él.
Hoy dirijo Kobuden Dōjō en Barcelona. Un lugar donde no se viene a jugar a ser ninja, sino a entrenar de verdad. Con respeto. Con profundidad. Con un propósito.
Un lugar donde puedo compartir todas esas experiencias que tanto me han aportado en la vida.
Si has leído alguno de mis textos, ya sabes cómo pienso. No vendo humo. No busco aplausos.
Solo sigo caminando este camino que une historia, cuerpo, espíritu y palabra.
Y si estás en esa misma búsqueda… Quizás nos crucemos en el tatami.